Los puertorriqueños somos desprendidos, creyentes y generosos. Aspiramos a tener las mismas oportunidades y a ser tratados con justicia. A diario enfrentamos retos económicos y sociales, colectivos y personales, y al mismo tiempo trabajamos por un mejor futuro para nuestras familias y nuestras comunidades.

La seguridad pública es uno de los pilares de nuestra calidad de vida, por lo que ha sido una prioridad durante todos los años de mi vida en el servicio público. Mi familia y yo sufrimos la pérdida de mi hermano y conocemos de primera mano el impacto que tiene la violencia en nuestra gente.

Como Secretario de Justicia comencé los acuerdos de colaboración entre las agencias de ley y orden federales y estatales, gestioné la obtención de más fondos federales para combatir el crimen y desarrollé unidades especializadas para atender las víctimas particularmente vulnerables. Como Comisionado Residente logré que se desarrollara la primeraEstrategia Anti-Drogas para la Frontera del Caribe, impulsé las cortes de drogas para atender a los usuarios de forma salubrista, y obtuve mayores recursos federales para la lucha contra la criminalidad y para ayudar a víctimas de violencia de género.

Como gobernador hemos fortalecido a la policía, trabajamos en equipo con las autoridades federales y estamos implementando el Plan Integral de Seguridad. Entre otras cosas, el Plan propicia la integración de nuestra Policía con las comunidades, la colaboración entre la policía estatal y municipal y la recopilación de inteligencia que, junto a las agencias federales,ha conllevado el arresto y procesamiento de más de 400gatilleros en lo que va del cuatrienio. Estas estrategias claramente han dado resultado, ya que se ha logrado reducir la incidencia criminal, incluyendo una reducción de 30% en los asesinatos, llegando a su número más bajo en 40 años.

Asimismo, estamos implantando un currículo de equidad y respeto, establecimos horario extendido en más de 600 escuelas públicas, aumentamos los fondos para el cuido de niños y hemos logrado que más de 300 mil familias reciban el crédito por menor dependiente. También continuamos la lucha contra la violencia de género y aumentamos la cobertura del Plan Vital para servicios de salud mental, entre otras estrategias.

Aunque hemos logrado mucho, falta mucho por hacer para combatir la violencia en todas sus modalidades. Es una luchaque nos toca a todas y todos, pues cada vez que alguien insulta o le falta el respeto a otra persona, que se usa la fuerza bruta o se recurre al bullying, que se abusa de las redes sociales, o que damos un mal ejemplo a nuestros hijos e hijas contribuimos al deterioro social de nuestro pueblo.

Mi administración toma muy en serio la gran responsabilidadque tenemos para prevenir el crimen y la violencia, salvaguardar la seguridad de nuestra gente y hacer valer los derechos de cada hijo e hija de nuestra tierra. Al mismo tiempo, el sector privado, la iglesia, las organizaciones comunitarias, la academia, los medios de comunicación, las familias y el pueblo en general también son clave para ser activos defensores del respeto y la justicia que merece cada ser humano. 

Parafraseando las palabras del Presidente Kennedy: “no preguntes que puede hacer Puerto Rico por ti, pregunta que tú puedes hacer por Puerto Rico”. Todas y todos tenemos que estar en este terreno de juego que es vivir en comunidad, pues nuestras acciones o inacciones individuales y sociales sondeterminantes para atajar la violencia. 

A esos fines, emití una orden ejecutiva para elaborar un Plan Integral de Reconstrucción Social y Prevención de la Violenciaen Puerto Rico. Mi meta es que se convierta en un documento vivo que guíe nuestras acciones colectivas para que, en unidad de propósito, combinemos y potenciemos todos nuestros esfuerzos a favor del Puerto Rico de equidad y respeto que queremos.