Puerto Rico, pueblo noble ante el coronavirus

El brote del coronavirus es un asunto serio y requiere de gestiones que nunca hemos experimentado en Puerto Rico. Nos llama a que todos seamos parte de la solución para así salvar vidas.  

Para lograr que todas nuestras familias estén seguras, es vital que nos quedemos en nuestras casas y solo salgamos para buscar suministros o medicamentos. Todo el que pueda trabajar de forma remota debe hacerlo para minimizar lo más posible la paralización de la actividad económica.  El toque de queda es una medida extrema, pero necesaria. Ha creado incertidumbre y miedo, y se necesitan aclaraciones, pero lo más importante es que estemos unidos con el fin de que cada uno de nosotros se comprometa a hacer todo lo que está a su alcance para evitar la propagación de este virus.

Aquellos que tengan síntomas o dudas sobre un posible contagio, deben primero llamar a su médico, buscar información oficial, y entonces solo ir a un hospital si pertenece a la población vulnerable o sus síntomas son severos.  Sabemos que la cuarentena nos va a ayudar a reducir la propagación inicial para asegurar que no abrumemos nuestro sistema de salud y así se puedan atender a los que más lo necesitan.  Debemos evitar que personas se expongan al virus innecesariamente en salas de emergencia de hospitales, y de igual manera tenemos que proteger a nuestros profesionales de la salud. Ellos son nuestra primera línea de defensa, y a quienes agradecemos su desprendimiento en estos momentos tan difíciles.

Es imprescindible eliminar cualquier impedimento burocrático para poder hacer las pruebas en casos sospechosos y que sean los médicos los que decidan a quién debe hacérsele.  Así lo recomienda la Organización Mundial de la Salud.  Por otro lado, no podemos esperar más para que se designe y habilite un hospital para enviar pacientes que han dado positivo al coronavirus y que requieren hospitalización. Mantener personas contagiadas en diversos hospitales de Puerto Rico aumenta el riesgo de contagio por los diferentes pueblos.  Además, es necesario que se logren instalar las carpas sanitarias de presión negativa en todos los hospitales para evitar que se contagien las salas de emergencia donde hay otros pacientes vulnerables.  Ya hay cinco casos positivos y en cuanto se aceleren las pruebas, es claro que va a haber más, por lo que tenemos que proteger a nuestros enfermos alrededor de la Isla. 

Es una prioridad asegurarnos que protegemos a nuestros viejitos, a personas mayores como nuestros padres y abuelos, y a personas enfermas o con condiciones preexistentes, que son muy susceptibles a este virus.  Sabemos que en Puerto Rico hay muchos adultos mayores que están solos, que no tienen ayuda, y que no se les hace fácil ir a buscar comida o medicinas. Se necesita que todos ayudemos a nuestros vecinos, a la vez que nos protegemos.  Aprovechemos para compartir con nuestras familias, para conversar con nuestros hijos y padres y para conectar con los nuestros.  Seamos creativos buscando nuevas formas de emprendimiento, de entretenimiento, de ejercicio físico, pues todo esto nos ayudará a sobrepasar esta amenaza a nuestra salud colectiva.

Al mismo tiempo que seguimos las indicaciones del gobierno sobre el distanciamiento social total en protección de la salud, tenemos también que ser proactivos en explorar e implantar medidas de ayuda financiera de emergencia. Hay que tomar acciones para mitigar el inevitable impacto negativo en nuestra economía. Es necesario asegurar el acceso a programas federales de emergencia que se estarán presentando ante el Congreso Federal, así como lograr que nos incluyan en los programas de asistencia financiera por desastre de la Administración Federal de Pequeños Negocios (SBA).  También se deben usar los fondos de emergencia locales para ayudar a nuestra gente como está proponiendo nuestra Legislatura.  

Hay que asegurarnos que nuestra gente tiene los recursos para la compra de suministros de su familia.  Es una realidad que en nuestra Isla son muchos los que viven cheque a cheque, que están perdiendo sus ingresos porque no pueden trabajar, que tienen pequeños negocios que han tenido que cerrar, y que esto puede significar que no puedan llevar sustento a sus hijos, a sus familias.  La salud es importante, pero también lo es poder darles de comer a nuestras familias. Es esencial que todos tengamos el sentido de urgencia que nuestro pueblo necesita.  

Son días difíciles, pero es en tiempos de retos que se mide la valía de los pueblos.  Los puertorriqueños somos un pueblo noble.  Somos un pueblo que responde con unidad y solidaridad en momentos de crisis, que se levanta y no se rinde.  Somos un pueblo que siente profundamente las necesidades de nuestra gente vulnerable. Somos gente buena que se desvive por ayudar al que lo necesita.  Y esas son las cualidades que tenemos que poner de manifiesto para juntos, como pueblo, vencer el brote de este virus.

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