Puerto Rico Promete

Los puertorriqueños vamos a las urnas este noviembre con una encomienda importante de escoger la dirección hacia donde queremos llevar a Puerto Rico.  Nuestra Isla enfrenta grandes retos, pero tiene un futuro prometedor.  Las oportunidades de crecimiento y desarrollo económico, de emprendimiento e innovación, y de progreso e igualdad están presentes para adelantarlas.  

La visión de futuro que le ofrezco a nuestra gente está cimentada en el fortalecimiento de nuestra relación con Estados Unidos y la búsqueda de la igualdad que merecemos como ciudadanos americanos, y en devolverle la confianza en su gobierno y darle un gobierno de excelencia que ejecute y haga obra en todas las áreas importantes de nuestras vidas.

Enfocaremos todo gasto en nuestras prioridades colectivas, y lograremos eliminar todo exceso o despilfarro del dinero del pueblo para lograr un gobierno limpio.  Con el dinero del pueblo no se juega, pues se puede ser ágil y eficiente haciendo las cosas bien. 

Daremos la batalla ante la Junta de Supervisión para proteger a nuestros pensionados, detener los recortes a la UPR, y asegurar los recursos necesarios para nuestros municipios y para hacerle justicia salarial a empleados públicos como maestros, paramédicos, bomberos, entre otros. 

El desarrollo económico tiene la más alta prioridad porque vamos a maximizar el gran potencial que tiene Puerto Rico, especialmente luego de tantos eventos complicados que hemos enfrentado.  Lograremos que el gobierno sea un verdadero facilitador del desarrollo económico en la Isla, simplificando su interacción con nuestra gente y nuestros comercios, y convirtiéndose en un promotor efectivo de todos los sectores con viabilidad de crecimiento, como la manufactura, el turismo, la agricultura, la construcción y la industria de servicios. Y cuidaremos de nuestro ambiente y transformaremos nuestro sistema eléctrico para que sea confiable y utilice energía renovable.

De esta tierra 100 x 35 provienen cientos de boricuas cuyo éxito recorre el mundo entero y de esa misma forma Puerto Rico tiene que destacarse como destino para invertir, visitar, residir y retirarse.

Además, aspiramos a una calidad de vida digna para cada uno de nosotros, sin importar raza, credo, edad, género u orientación sexual. Vamos a proveer los servicios esenciales con efectividad, en especial a los más vulnerables, pues la valía de los pueblos se mide de acuerdo a cómo tratan a los menos afortunados.  

Sin embargo, en estos momentos todos estamos sufriendo los efectos del coronavirus, el cual está afectando la capacidad de cientos de miles de puertorriqueños de proveer el sustento a sus familias.  Nuestra economía en general está deteriorada, mientras muchos todavía siguen sin haberse podido recuperar de los huracanes y los terremotos.  Hay mucho trabajo por hacer y muchas metas por alcanzar.

Tiene que ser motivo de preocupación para nuestro pueblo poner en peligro los fondos federales de la reconstrucción y las ayudas por la pandemia en manos de quienes hablan de soberanía, separación y trato diferente.  Lo que necesitamos es la igualdad y el compromiso de defender nuestros derechos como ciudadanos americanos. Soy el único candidato que garantiza la unión permanente con Estados Unidos. 

El contraste con mi contrincante del PPD y su compañero de papeleta es tan claro como es peligroso. Por un lado, hablan de un Puerto Rico con soberanía propia y un pacto de libre asociación con Estados Unidos, como el de las islas del Pacífico. Y por otro arrastran experiencias inefectivas de gobierno, con quien cerró el gobierno e inició la crisis fiscal y con el que ha administrado un municipio con más de 50 señalamientos del Contralor, una infraestructura deteriorada, proyectos municipales sin terminar y fondos en el banco que no le llegan a su pueblo.  

En contraste, Jenniffer González y yo conformamos un equipo con total conocimiento de cómo funciona el gobierno federal y amplia experiencia en el gobierno y el sector privado.  Juntos somos quienes mejor podemos lograr la reconstrucción de Puerto Rico y la renovación de nuestra infraestructura con los fondos federales que se han asignado, pero que aún no se han desembolsado, mientras logramos las reformas necesarias para hacer crecer nuestra economía, desarrollar las industrias con potencial de crecimiento, mejorar los servicios que el gobierno le provee a nuestra gente y lograr la igualdad que nos merecemos.

El Puerto Rico que vislumbro nace de nuestras aspiraciones comunes: lograr que cada puertorriqueña y puertorriqueño tenga la oportunidad de progresar y alcanzar sus metas, que su gobierno le sirva bien y le responda, y que construyamos una sociedad en la que nuestra gente tenga salud, nuestros hijos tengan una educación de excelencia y todos nos sintamos seguros en nuestras casas y en nuestras calles.  

Siempre le he dicho presente a Puerto Rico cuando he recibido el llamado de nuestro pueblo a servirle. Mi única motivación es impactar positivamente el futuro de nuestra patria, porque Puerto Rico promete.

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